Estos meses fueron extra-extraordinarios para todo el equipo porque nos faltaron las reuniones, las pruebas en cabina, las rondas de mates, los viajes en trenes y bondis, las charlas y discusiones, las ojeras y las cervezas compartidas.
Nuestra programación siempre ha dialogado con los contextos que fueron sugiriendo y demandando determinadas formas estéticas y temas. Entendemos que las plataformas virtuales pueden ser medios útiles para que algunos festivales puedan llevar adelante sus proyectos, aún en cuarentena. Cada festival tiene sus particularidades y estas enriquecen la escena audiovisual; por eso, entendiendo que las del EPA se apoyan fuertemente en el encuentro presencial en un territorio determinado, decidimos suspender nuestra quinta edición.
Para nosotrxs, hacer el festival implica un trabajo anual arduo, amoroso y divertido porque consiste en compartir películas que nos generaron algún movimiento y ver qué pasa con ellas proyectadas en nuestro espacio: sorprendernos con los comentarios y silencios que asoman en los créditos, aprender de los intercambios que se producen con lxs realizadorxs que presentan sus películas, las charlas de pasillo, las cenas al finalizar jornadas extensas e intensas, las corridas por los imprevistos de cada día…
Con inmensa tristeza pero con gran respeto hacia las bases que fundamentan nuestro proyecto tomamos esta decisión; esperamos que el próximo mayo nos encuentre de nuevo en las salas y en las calles para seguir compartiendo las películas que amamos.
Seguiremos comunicadxs a través de nuestras redes sociales, deseando concretar una nueva cita en nuestra querida casa El Helios, salas como el Paramount, el auditorio de la Untref Caseros y la Biblioteca de Ciudad Jardín, antes de lo imaginado.
¡A cuidarnos en nuestras casas! El cine volverá.